Otra vez mas no...

Nunca entendí porque tu forma de quererme se basaba en hacerme daño.
Pero lo peor de todo es que nunca llegue a comprender porque me sentía como me sentía.

Al principio no comprendía porque lo hacías, tan solo sentía miedo, tan solo sentía dolor… el miedo era muy intenso, pero el dolor, tanto físico como psicológico era insoportable…
La primera vez que sucedió pensé que había sido un arrebato, algo sin importancia, no le di más vueltas, porque iba a dárselas, tú me amabas y yo te amaba.
La segunda vez que sucedió sentí miedo y un pánico incontrolable, no pude comprender porque lo habías hecho ni porque habías llegado a esos extremos… dolía.
La tercera vez fue mas intensa, sin embargo para mi fue menos dura, una parte de mi pensaba que había hecho algo para merecerlo, sin embargo mi parte racional sabia que no había hecho nada que justificara tus actos…
Pero conforme mas pasaba, mas culpable me sentía, realmente pensaba que me lo merecía que era culpa mía.
Al fin y al cabo tu me amabas, ¿Por qué ibas a hacerlo si no había motivo para ello?
Yo te amaba, y me negaba a aceptar la realidad.
Sin embargo mi parte racional cada vez estaba más convencida de que la situación no podía seguir así, que un día aquello iba a ir a mas y yo saldría gravemente perjudicada, me decía que yo no me merecía ese dolor y sufrimiento porque nadie se merece algo así, y menos proveniente de la persona que en teoría te ama…
Conforme mas sucedía mi parte racional mas crecía…
Hasta que al final dijo: “Basta.”
Y todo termino… seguía amándote, pero la situación a la que habíamos llegado era una situación insostenible, que solo producía dolor y sufrimiento, una situación en la que no se podía estar...
Sin embargo mi corazón sangraba agónicamente y mi sufrimiento y la angustia que sentía solo era comparable con la triste y dolorosa amargura que dejaban mis lagrimas al rodar por mis mejillas…



… y es que cuando las situaciones son insostenibles, dan igual los sentimientos, porque la razón es lo primero…